Al sur de la provincia de Córdoba, en la Campiña, surgen los prestigiosos vinos de la Denominación de Origen Montilla-Moriles.
Los distintos tipos son el Fino, el Amontillado, el Oloroso, el Cream, el Pedro Ximénez, el Blanco Joven y los ecológicos, siendo la variedad predominante el blanco Pedro Ximénez que ocupa más del 80% de la superficie dedicada al cultivo de la vid. Estos vinos son criados en botas o toneles de roble americano, mediante el sistema de criaderas o soleras y bajo el llamado «velo de flor», una densa capa de levadura que flota en la superficie de la bota y que es la que le da este toque propio de los vinos Montilla-Moriles.
Cada año, se celebra la Cata del Vino Montilla-Moriles en Córdoba, donde participan más de 20 bodegas y a la que acuden todos los cordobeses para degustar los vinos de la tierra y las tapas más típicas. La música también ameniza la celebración y diversas actividades tienen lugar, entre las que destacan catas dirigidas por enólogos para aquellos visitantes que lo solicitan.