Nos movemos en las aguas del invierno, aun con la tierra dando calor a la semillita de nuestras flores primaverales vitales…la vida nos mantiene en un movimiento interno, cuidando las raíces de nuestra existencia…en todo esto, nuestra cultura nos asoma a la posibildad de usar un disfraz, una máscara, nuevamente, a la vez que salimos de un festejo del amor…en la integracion de todo lo que rodea a nuestro movmiento vital, nos invito a tomar estas propuestas como puente hacia el encuentro afectivo. El clown nos abre las puertas a la expresión de las emociones. El juego del niño interior. La máscara más pequeña del mundo realza nuestro encuentro en el grupo y nos sirve de muleta para el vínculo para la sincronización absolta, la eutonía amorosa de corazón a corazón. La pareja y el grupo iremos dejando paso a un nuevo salto evolutivo del mismo…disolviendo la máscara llegamos a la AFECTIVIDAD, ese espacio donde ingresaremos y experimentaremos que sucede…
Nos invito a abrirnos a lo inesperado, a lo espontáneo, desde el programa al vacío, a la libertad absoluta del movimiento y el vínculo…nutriendonos de dulzura, de ternura, expresando la esencia que somos…sanandonos y amandonos en el Aquí -y- Ahora de las Vivencias…Desde el juego, la inocencia y la nutrición afectiva…
Traer: una nariz de clown y algún objeto que represente uno de nuestros personajes y con que que danzar. Y muchas ganas de encontrarnos desde nuestras niñas y niños interiores para jugar y dejar fluir espontaneamente nuestras emociones.
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