Maca Sottovoce sabe lo que es el exilio y la distancia, conoce el peligro de los retornos, ya que no volvemos jamás a los momentos y en nuestro parque de la infancia igual han construido un banco o un cementerio. Y la gente que amamos ya no es la gente que amamos, sino otra gente vestida con otros recuerdos que ya no nos incluyen como éramos. Ante eso no queda sino celebrar la vida y seducirla con promesas que estemos dispuestos a cumplir, sin pensar en el coste de los intentos.
Carlos Salem