Cuando somos niños y niñas, la espontaneidad nos acompaña como un gran valor para entender y experimentar el momento presente.
Crecemos… y las circunstancias familiares, vivencias, economía, amigos, creencias religiosas y mil factores más hacen que perdamos esa espontaneidad, y que un yo narrativo aparezca en nuestra mente para acompañarnos en este viaje. Cambiamos fluidez por análisis, juicios e interpretaciones de todo lo que nos ocurre.
Dejamos de vivir experiencias para no sentir emociones que nos hacen sufrir, que tememos, que nos hacen sentir vulnerables.
Y de esta manera nos perdemos y cerramos ante la vida y lo que ella nos trae de regalo.
#Mindfulness, junto con sus prácticas, nos muestra el camino de volver a descubrir quién eres, a vivir y transitar esas emociones de las que huimos, a experimentar la vida con el color que traiga, momento a momento, dejando aparcado ese yo narrador que nos aleja de todo. Toda una gran reconciliación.
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